[vc_row][vc_column][vc_column_text]Es obvio que la industria de los videojuegos es una de las más potentes del mundo en estos momentos. De aquellos antiguos juegos de los años ochenta que se jugaban en los ordenadores personales disponibles para un sector reducido de la población hemos pasado a tener juegos en consolas, ordenadores, tabletas, smartphones… No es necesario disponer de ningún elemento o dispositivo particular para acceder a este mundo de los juegos en línea o digitales y muchas veces el simple hecho de tener una cuenta en una red social nos da acceso (por no decir que nos «incita») a jugar a una gran variedad de juegos de todo tipo de temáticas, con unos gráficos que habrían sido inimaginables para los que se iniciaron en el mundo de los videojuegos con un Amstrad o un Spectrum.

Esta industria factura anualmente miles de millones de euros y no parece que la tendencia vaya a cambiar en un futuro próximo. En 2015, la industria en España facturó 510 millones de euros y se calcula que para 2019 superará los 1.000 millones de euros.

Para el sector de la traducción esto tiene grandes implicaciones. Aunque es indudable que los aficionados a los videojuegos manejan una jerga propia donde se mezclan inglés y español, lo cierto es que hay una preferencia clara por disfrutar de los juegos en el idioma propio.

Esto es tanto más cierto en cuanto que el universo de jugadores se ha ampliado enormemente: ya no hablamos de jóvenes adolescentes enganchados a un mando a distancia, sino de adultos de 30, 40, 50 años, que juegan al Candy Crush desde su móvil en el metro, por ejemplo, o un juego como este que ilustramos a continuación, donde el texto es fundamental y que sería inaccesible para un gran público (lo que significa dejar de ganar mucho dinero) si no se tradujera a muchos idiomas:[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=»3170″ img_size=»full» alignment=»center»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Un factor especialmente importante para nosotros es el crecimiento de la industria de creación de videojuegos en España. Cada vez surgen más empresas con capacidad creadora propia (antiguamente, lo habitual era importar los juegos) que tienen por meta la internacionalización. De traducir del inglés y el japonés al español estamos pasando a traducir también del español a un gran número de idiomas, sobre todo el inglés.

Según se cuenta en el Libro blanco del desarrollo español de videojuegos, «Las exportaciones de la industria española representan el 52 % de media sobre el total de la facturación. Los dos mercados internacionales de mayor peso son Norteamérica, con un 22 % y Europa, con un 19%. Aun así, la internacionalización sigue representando uno de los grandes retos y necesidades del sector, sobre todo para las empresas de menor tamaño». Cabe señalar, además, que España es el cuarto mercado de Europa (detrás de Alemania, Reino Unido y Francia), y el octavo del mundo.

Esto da una idea de la gran importancia que tiene manejar las traducciones de este tipo de formatos a todos los idiomas posibles. Sin duda, la elección de los traductores adecuados debe contribuir a que los juegos sean un éxito en el extranjero. Que las instrucciones, los textos, los diálogos resulten creíbles y funcionen correctamente en el lenguaje de destino es imprescindible para que los usuarios se enganchen y disfruten del juego, en algunos casos tanto o más que unos buenos gráficos (hay juegos muy famosos entre otras cosas por sus gráficos poco realistas, como Minecraft, por ejemplo, como se ve en la siguiente ilustración):[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=»3169″ img_size=»full» alignment=»center»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Paralelamente, no olvidemos que los encuentros internacionales ganan cada vez más adeptos y que las ciudades se pelean por organizar conferencias y jornadas para «jugones» donde se mezclan videojuegos, cine, cómics (novelas gráficas) y donde los aficionados quieren escuchar a sus ídolos hablar sobre cómo juegan, cuáles son las novedades del FIFA 17 o qué nuevas ciudades se incorporarán al GTA, lo cual vuelve a ser muy interesante para el sector de la traducción y la interpretación, ya que nadie quiere invertir millones de euros en promocionar un producto y perder el interés de sus fans con una mala interpretación el día de la presentación.

Por no hablar de las conferencias para desarrolladores, diseñadores y creadores de videojuegos en general, cumbres donde se reúnen los grandes cerebros empresariales y creativos del sector y que requieren de profesionales especializados en una terminología que nunca deja de crecer y ampliarse para poder transmitir su valioso conocimiento.

En resumidas cuentas, la industria de los videojuegos y los traductores e intérpretes estamos condenados a entendernos y son muchos los profesionales de la traducción que están encantados de unir placer y trabajo y dedicarse no solamente a traducir sus venerados juegos, sino también a contribuir a mejorarlos cada día más, por ejemplo mediante la detección de bugs (o defectos) que son prácticamente indetectables durante el proceso de traducción y que solo se pueden afinar cuando el videojuego está montado en otro idioma y un usuario lo utiliza, fijándose bien en los detalles.

En definitiva, nuestro sector ha dejado de preocuparse únicamente por el texto escrito, por la clásica novela, el manual de usuario o el contrato bilateral. Es nuestra obligación, nuestra vocación y nuestra ambición aportar nuestro conocimiento a los sectores industriales que van surgiendo y asentándose para que el resultado sea óptimo para el cliente y, sobre todo, para el usuario final.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]